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En la arquitectura románica, que nada tiene que ver con los alfarjes, se emplea el término dovela con el primero de los significados, esto es, como piedra labrada en forma de cuña, para formar arcos o bóvedas.
Todas las piedras procedentes del despiezo del arco o bóveda son dovelas, no obstante, algunas de ellas, como la que cierra el arco o las que se sitúan en su arranque sobre la imposta, reciben sus propias denominaciones: clave y salmer.
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