Miño de San Esteban - San Martín


Localización | La portada | La galería | La torre | Las cornisas

La iglesia parroquial de San Martín en Miño de San Esteban constituye un genuino exponente del románico porticado de la ribera del Duero, si bien de la época románica sólo quedan los muros de su nave única, la portada, la galería y el cuerpo inferior de la torre. La fábrica actual es fruto de diversas etapas constructivas: los elementos primitivos de la nave pueden datar de la segunda mitad del siglo XII, el tramo inferior de la torre es ya del siglo XIII, y la galería se adosó al cuerpo principal de la iglesia en ese mismo siglo; la cabecera recta que remata la nave fue levantada en el siglo XVIII.

El edificio en su conjunto está ejecutado en sillería un tanto irregular, siendo excepción la cabecera realizada en mampostería con inclusión de piedras reutilizadas procedentes de la fábrica románica. La cubierta de la nave, a dos aguas, está formada por una estructura de armaduras de madera.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=471.179; Y=4.598.307
Cartografía

La portada


En el muro sur de la nave, sobre un arimez de poco relieve, se abre la portada compuesta por tres arcos de medio punto, de los que el interior descansa sobre las jambas de la puerta, el central sobre columnas acodilladas y el exterior sobre el muro.
En su composición y en el empleo de los temas decorativos se asemeja esta portada a las de las iglesias de San Martín y San Gines de la vecina localidad de Rejas de San Esteban, así como a la de San Pedro Apóstol de la también cercana Bocigas de Perales.
La arquivolta interior presenta su arista perfilada por un bocel y su superficie adornada con flores tetrapétalas inscritas en círculos formados por tallos vegetales. La arquivolta central cuenta con un grueso baquetón y dos cenefas decorativas, de puntas de diamante, una, y de bolas, la otra. La última de las tres arquivoltas se ornamenta con un entrelazado y se guarnece con óvalos abultados en su arista. Todo ello va envuelto por una chambrana taqueada o ajedrezada.
Los cimacios de los capiteles del lado izquierdo y la imposta a la que por extensión dan lugar lucen una labor de cestería con filamentos perlados. Los del lado opuesto, tallos y palmetas.
El capitel que corona la columna del lado izquierdo, cuyas dos caras se muestran aquí, representa unas figuras que han sido objeto de muy diversas interpretaciones. Para Gaya Nuño (El románico en la provincia de Soria) se trataría de «dos personajes con manto volante, faldellín y bonetes, montados en leones». Los autores de la Enciclopedia del Románico en Castilla y León ven una misma acción repetida en ambas caras en la que Sansón estaría desquijarando al león. La web soriaromanica de la Junta de Castilla y León describe la escena como «Sansón desquijarando al león y en su cara interior al rey David luchando contra otro león».
Lo que parece apreciarse es que el personaje de la cara interior está firme, y no cabalgando, pues apoya los pies en el suelo y no mantiene actitud de ir a lomos del cuadrúpedo. No queda tan claro tratándose del otro sujeto por tener las piernas destrozadas y por adoptar una postura más parecida a la de estar a horcajadas que de pie. En cualquiera de los dos casos no se vislumbran claramente signos de lucha o forcejeo sino más bien una postura similar a la de quien sujeta por las riendas a una bestia.
Este capitel es muy parecido al equivalente en posición de la portada de San Pedro Apóstol de Bocigas de Perales.
La lectura del capitel del lado derecho de la portada no ofrece dudas. Por cada una de sus caras exhibe un grifo que se aferra con sus garras al astrágalo cuyas alas extendidas y cuyo plumaje tienen un tratamiento típicamente silense. También es característica la posición de la cola que pasando entre los cuartos traseros se eleva por encima del lomo. La imagen presente pertenece a la cara interior; la exterior puede verse en esta otra imagen.

La galería


En fecha posterior a la de construcción de la nave, ya en el siglo XIII, se le adosó una galería porticada a la fachada meridional que vuelve parcialmente por la occidental. Esta galería estuvo cegada hasta el año 2000, fecha en la que se restituyó a su estado primitivo pero evidenciando los destrozos que había sufrido al producirse el cerramiento y su consiguiente utilización para diversas dependencias parroquiales.

Está formada por una arquería de nueve vanos de los que el central constituye el acceso. Los otros ocho distribuidos simétricamente a ambos lados de la entrada poseen un elevado zócalo sobre el que montan las columnas dotadas de basas prismáticas, dobles fustes y capiteles cuyas tallas se aproximan ya a los modos de hacer del periodo gótico. Para mejorar la estabilidad de la galería se dispusieron dos contrafuertes enmarcando el hueco central.
Al fondo de la galería en su extremo occidental se encuentra una pila bautismal románica de época tardía. El cuerpo es cilíndrico y monta sobre una base adornada con gallones.

Este es el único capitel figurativo de toda la galería. Aunque muy estropeado, como todos los demás, aún deja ver uniformemente distribuido en las cuatro caras de su cesta un grupo de pequeñas arpías emparejadas con rostros humanos femeninos de rasgos muy abultados. Los restantes capiteles muestran diversos componentes vegetales como hojas, algunas rematadas en voluta, y palmetas. Pueden verse en la siguiente

 

La torre


A los pies de la nave se levantó con posterioridad a ésta una robusta torre de planta cuadrada, toda ella de sillería. El interior está hueco y no dispone de escaleras o rampas para acceder a su cima, lo que debe hacerse con escaleras de mano. De origen románico, aunque algo tardío, es únicamente el cuerpo inferior.

Las cornisas


La cornisa que se alza sobre el muro norte pertenece a la fábrica primitiva y no tiene más adorno que una cenefa de bolas sobre su chaflán. Los canecillos están tallados formando rollos verticales u horizontales, hojas de acanto y otros motivos en general muy sencillos. Es patente la similitud entre esta cornisa y la de Berzosa, así como las de las iglesias ya mencionadas más arriba de San Martín y San Gines en Rejas de San Esteban.
La cornisa meridional es similar a la opuesta del norte incluyendo en ella algún canecillo de talla figurativa.
Sobre la galería corre un alero moldurado en forma de nacela; el extremo occidental de la misma que corresponde a una ampliación posterior muestra una serie de trece canecillos de variadas representaciones a base de máscaras, figuras humanas, animales y otras. Entre ellos se encuentran estos dos rostros, uno masculino y otro femenino, este ejemplar leporino y esta pareja copulando.
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