Caracena - San Pedro


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Caracena, hoy casi un despoblado, contó en su momento de auge medieval con un soberbio castillo, hospital, cárcel, royo y dos iglesias románicas, ésta de San Pedro y la de Santa María.

Aunque ha sufrido notorias transformaciones en todos sus elementos, incluida la galería, queda la mayor parte de ésta que es la que presta auténtico valor al conjunto. Puede datarse en la primera mitad del siglo XII.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=492.283; Y=4.581.230
Cartografía

La planta


La planta que aquí se muestra corresponde al estado actual de la iglesia. El templo primitivo contaba también con nave única y ábside semicircular, pero aquélla era de mayor longitud. La galería anexa a su fachada meridional poseía en origen nueve arcos, de los que perdió dos para acomodar sus dimensiones a las de la nave cuando ésta fue reconstruida y acortada. Así pues, la nave eclesial con su portada renacentista y sus muros reforzados por contrafuertes, al igual que la sacristía, el husillo y la torre, son fruto de posteriores actuaciones reformistas.

El ábside


No hay nada reseñable en este humilde ábside salvo los canecillos de amplia variedad iconográfica: un hombre que toca el cuerno de caza y porta una lanza en la otra mano, dos perros que parecen acosar a un jabalí que se sitúa entre ambos y otro hombre con otra lanza en disposición de alerta. Estos cinco canecillos forman en su conjunto una escena de cacería. Además los hay de hojas, de volutas, de una arpía y de cabezas de dragón, una de ellas de boca semicircular, tres narices y cuatro ojos. Pueden verse en esta

 

La galería


Esta galería, como casi todas en la zona, está orientada al mediodía. En su origen la componían por el lado sur nueve arcos, de los que el central, de mayor radio, constituía la puerta. Posteriormente se rehizo la nave del templo cuya longitud quedó acortada; para adecuar la de la galería se le cercenaron los dos arcos más occidentales. Queda evidencia de ello, no sólo por las excavaciones llevadas a cabo en el lugar, sino porque aún se aprecia en esta imagen el arranque del primer arco suprimido y la mutilación ha que fue sometido el capitel que ha perdido la simetría iconográfica. Cuenta además la galería con otro arco-portada en su frente oriental.

Toda la galería es de sillería en piedra arenisca. Los arcos voltean sobre columnas de doble fuste, a excepción de las que flanquean la puerta meridional que son de cuatro fustes, torsados en una de ellas. Una chambrana lisa, que en las puertas es de tacos jaqueses, trasdosa los arcos por el exterior. Ábacos y cimacios son en todos los casos de molduras lisas.
Siempre se han parangonado los capiteles de esta galería con los de la de Santa María de Tiermes, iglesia soriana no muy distante, en la que aparecen temas iconográficos casi idénticos, como el centauro disparando su arco, la lucha entre caballeros, los grifos, la escena de la Resurrección, los apóstoles o el trenzado de cestería. Si ambas colecciones no son del mismo artífice, al menos sí de la misma cuadrilla que debió trabajar en las obras.

Capiteles
Capitel 1
Es el primer capitel del ala meridional mirada desde fuera por la izquierda. En su cara central, la única que queda completa, se repite con algunas variantes la figura del arquero centauro ya encontrado en la galería de San Ginés en Rejas de San Esteban, en el claustro de San Pedro en Soria y en uno de los templetes de San Juan de Duero también en Soria. Está flanqueado por dos aves del estilo de las de Silos que ocupan las dos aristas que quedan del primitivo capitel. Tanto la cara sur del capitel como la cara norte dejan ver que originalmente tenían una composición simétrica que han perdido al mutar el arco adyacente por el machón actual.
Capitel 2
En la cara oriental se representa el duelo entre dos caballeros arnados con lanzas. Uno de ellos, con cota de malla, casco y escudo alargado atraviesa el cuello de su adversario que lleva igual indumentaria pero usa rodela en lugar de escudo. Ambos contendientes van escoltados por sendos soldados a pie, armados y equipados; uno de ellos ocupa la cara sur y el otro la cara norte. Por fin, en la cara oeste, otro caballero lucha de forma desigual contra un soldado a pie que blande su espada contra la lanza del jinete.
Capitel 3
Este capitel, de planta cuadrada por pertenecer a una columna de cuádruple fuste, tiene sus cuatro caras de igual dimensión y se presta a utilizar la misma composición en todas ellas. Así es: la escena la forman una pareja de leones opuestos por sus partes traseras que vuelven la cabeza como queriendo observar a la harpía encaperuzada que cada uno porta en su lomo. Todo ello presenta un aspecto muy silense.
Capitel 4
Algo parecido sucede con este capitel también cuádruple que monta sobre fustes torsados. Repite la misma composición en todas sus caras: parejas de grifos que giran hacia atrás las cabezas, en cuyos cuellos se enrollan zarcillos que nacen de una planta que crece en cada arista.
Capitel 5
Este capitel vuelve a ser de los de doble fuste con caras desiguales. Se representa en él el pasaje bíblico de la Resurrección. En la cara oriental, tres soldados cabizbajos y alicaídos, como dormidos, montan una supuesta guardia ante el sepulcro. En la cara sur, otros dos soldados de la misma guisa completan el piquete. La cara occidental contiene el elemento central de la escena: el sepulcro vacío observado por dos ángeles que mantienen levantada la tapa, portando además una cruz, el uno, y un incensario, el otro. En la cara norte, las tres Marías permanecen de pie.
Capitel 6
Doce figuras muy similares entre sí se reparten en las cuatro caras de este capitel. Todas llevan bonete y hábito talar y sujetan con su mano izquierda un rollo de pergamino mientras elevan la otra en actitud de bendecir. Pudieran ser los doce apóstoles.
Capitel 7
Labor de cestería con trenzado de doble mimbre al estilo de Silos.
Capitel 8
Último capitel del lado meridional de la galería y único que se adorna con motivos vegetales a base de palmetas que forman volutas en sus extremos y que le asemejan a los capiteles corintios.
Capitel 9
Capitel izquierdo del arco-portada oriental. Ocupa toda la cara mayor el dragón de siete cabezas y diez cuernos a que se refiere el Apocalipsis que muerde la pata delantera de otro animal erguido sobre las traseras.
Capitel 10
Capitel derecho del arco-portada oriental. Representa en sus tres caras una escena de caza del jabalí con los mismos elementos que, descompuestos, aparecen en los modillones del alero del ábside. En la cara sur, un individuo armado con una lanza toca el cuerno de caza. En la cara mayor, dos perros acosan y muerden al jabalí, uno de ellos subido a su lomo, mientras otro personaje le alancea por delante. En la cara norte, un tercer cazador con su lanza dispuesta para actuar.

Canecillos
La cornisa de la galería está ornamentada en toda su longitud con una trenza de doble mimbre. La sostienen 25 canecillos de variada temática figurativa. En esta imagen puede verse un quimérico animal cuadrúpedo, una figura de mujer y una harpía con caperuza, pero los hay también de animales caninos, un centauro sagitario, cabezas de dragón, palmetas, figuras humanas, aves, un jabalí, etc. Los más significativos se recogen en la siguiente

 

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