Soria - San Pedro


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La colegiata de San Pedro, auténtica joya de la arquitectura románica castellana con la que cuenta la ciudad de Soria, acumula también el título de concatedral desde 1959, fecha a partir de la cual comparte la sede catedralicia con El Burgo de Osma.

La primitiva iglesia pudo tener su origen en los años en que Alfonso I el Batallador, ocupado en los asuntos castellanos por su matrimonio con Urraca de Castilla, emprendió la repoblación de Soria (1109-1114). En 1152, reinando ya Alfonso VII el Emperador, constituidos los canónigos en comunidad monástica bajo la observancia de la regla de San Agustín, decidieron derribar el templo antiguo y erigir uno nuevo dotado además de un gran claustro y de las dependencias propias de un centro monacal. Todo ello se hizo en el mejor estilo románico imperante en la segunda mitad del siglo XII. Desafortunadamente, la iglesia se desmoronó en 1520. Inmediatamente se iniciaron las obras de reedificación de las que se encargó el maestro Juan Martínez Mutio. A finales de siglo, con la construcción del campanario quedó culminada la nueva colegiata.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=544.972; Y=4.623.957
Cartografía

Fotografías antiguas


El arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso nos ha dejado una colección de fotos de diversos monumentos de Soria, ciudad a la que se sintió ligado desde 1906 (ver San Juan de Rabanera). Las dos que aquí se traen están tomadas hacia 1906-08.

La portada no ha cambiado desde principios del siglo pasado, si bien se han restaurado los sillares del zócalo que estaban muy deteriorados. No obstante, aunque la amplitud que abarca la foto no deja ver toda la fachada, sí se aprecia que no existía todavía la «sacristía de canónigos», construcción de pequeña altura que se añadió en 1963 tras haber obtenido el título de concatedral cuatro años antes, que puede verse en la imagen de conjunto que se muestra al principio de esta página.
Tampoco en esta fotografía, de la misma fecha que la anterior, se advierten grandes diferencias entre el estado en que se encontraba entonces el claustro y el aspecto que tiene ahora, salvo en la envejecida cubierta de teja y en la maleza del patio.

El templo


Posee cinco naves con bóvedas de crucería soportadas por columnas de sección circular.

Las naves del templo románico tenían una anchura total aproximada de 21 metros, mientras que la longitud del transepto era de 35 metros, lo que suponía que éste sobresalía unos 7 metros a cada lado de aquéllas. La iglesia renacentista se construyó con anchura igual a la longitud del transepto de la primitiva, por lo que los cerramientos laterales hubieron de desplazarse 7 metros hacia el exterior. Esta operación no presentó ninguna dificultad en el lado Sur libre de impedimentos, no así en el Norte al que estaba adosado el claustro. Sin ningún miramiento ni aprecio por el valor de este claustro derribaron el ala meridional del mismo, y aún hay que congratularse de que no sucumbiera en su totalidad por cualquier fútil motivo.

La portada plateresca actual está adosada al hastial meridional del primitivo transepto y oculta, aunque son visibles desde el interior, tres ventanas pertenecientes a la fábrica románica. Lo que aún permanece patente al exterior es el pequeño óculo que se abría en el primitivo frontón y hoy ha quedado en el centro del lienzo.
La arquivolta de las tres ventanas va decorada en su bisel con motivos que son idénticos en las laterales a base de entrelazos y medallones, y cenefa diferente en la central. En sus jambas, columnillas con capiteles de ornamentación vegetal. Imposta inferior decorada.
Otras dos ventanas, también cegadas, menos esbeltas que las anteriores se sitúan una a cada lado de aquéllas en lo que fueron los muros laterales de este ala meridional del transepto.

El claustro


Su construcción se inició por el ala Oeste a mediados del siglo XII, continuándose por los lados Norte y Este. De la fecha de una inscripción funeraria que se encuentra en el muro oriental cabe deducir que el claustro estaba concluido en 1205, es decir, en los primeros años del siglo XIII.

Sobre un podio corrido se asienta una sucesión de basas de garras sobre las que descansan parejas de esbeltos fustes rematados por capiteles dobles que soportan a su vez los arcos de medio punto. Cada ala del claustro está dividida en varios tramos por elementos prismáticos a cuyas caras interior y exterior se adosan columnillas en dos órdenes superpuestos de gran originalidad. Hay una gran variedad de capiteles que ostentan diversos motivos decorativos, desde vegetales, palmetas y roleos, hasta sirenas, grifos, guerreros, además de escenas historiadas.

El esquema adjunto de la planta recoge la actual situación, una vez desaparecido todo el lado meridional. Se aprecia la falta de simetría en la composición de las arquerías que ostentan un número dispar de vanos en cada lado: dos tramos de cuatro arcos más uno de cinco en el lado este, en el que se adosan a las pilastras sendas parejas de columnas; tres tramos de cinco arcos en el lado norte, una de cuyas pilastras lleva adoso un par de columnas mientras que la otra cuenta con una terna; dos tramos de cinco arcos y otro de arco y medio en el lado oeste, con pares de columnas adosadas a las pilastras salvo en la de esquina en la que se adosan grupos de tres.

Se muestran también en la planta los huecos -puertas y ventanas- que se abren desde el claustro a las desaparecidas dependencias que antaño trasdosaban su muro oriental.

Lado Este

Tras la mutilación sufrida, ha quedado de 24 metros de longitud distribuidos en tres tramos: dos de cuatro arcos y otro de cinco. Se separan por medio de pilares de sección rectangular. Los tramos de cuatro arcos, los adyacentes al ala Norte son de la misma tipología que los de ésta y pudieran pertenecer a la misma época y artífice; no obstante, los arcos del tramo mayor, el más próximo a la iglesia, difieren de los demás por disponer de una columnillas encaramadas sobre sus ábacos y que, quebrando las chambranas por su punto de unión, se remontan hasta el alero rematadas por un pequeño capitel que sustituye al correspondiente modillón.

Lado Este - Capitel 1
Doble nivel de hojas con piñas en los vértices y en el centro de las caras mayores.
Lado Este - Capitel 2
Entre el follaje vegetal, aves de porte silense con las alas desplegadas, los picos largos y afilados y el plumaje bien tallado, levantan una de sus patas de apariencia rapaz mientras apoyan la otra sobre el astrágalo.
Lado Este - Capitel 3
Hojas de nervios perlados y piñas, todo ello muy parecido al primer capitel.
Lado Este - Capitel 4
Dos grifos en cada capitel, ocupando las caras laterales, con un cordel al cuello a modo de collarín por el que son tenidos por un personaje que ocupa la cara frontal.
Lado Este - Capitel 5
Piñas y hojas similares a las de los capiteles anteriores, de las que las interiores forman volutas en sus extremos.
Lado Este - Capitel 6
Uno de los dos capiteles historiados de este ala. Un monje recibiendo de cuatro de sus feligreses la ofrenda de varios panes. A los tres oferentes que se aprecian en la imagen hay que unir un cuarto que ocupa la cara estrecha interior del capitel.
Lado Este - Capitel 7
Arpías, con pezuñas en vez de garras de rapiña, y perros, también estos alados y de similar plumaje, entrelazados todos con tallos vegetales. Conjunto muy del estilo de Silos.
Lado Este - Capitel 8
Capitel de decoración vegetal muy estropeado.
Lado Este - Capitel 9
Un nuevo capitel foliáceo vegetal con volutas en los vértices pero sin piñas.
Lado Este - Capitel 10
Aquí las hojas presentan los nervios perlados y vuelven sus puntas hacia adelante.
Lado Este - Capitel 11
Otra variedad de hojas para adornar este capitel adosado a uno de los contrafuertes.
Lado Este - Capitel 12
El segundo de los capiteles historiados del ala Este. Representa dos personajes regios, de los que el rey mantiene en sus manos un libro abierto en el que señala con un dedo y la reina lleva en su mano izquierdo un pergamino. En los frentes interior y exterior, sendas figuras femeninas portando unas copas.
Lado Este - Capitel 13
Haz de hojas de composición más simple que los ya vistos; cuelgan de sus puntas frutos bulbosos.
Lado Este - Capitel 14
Hojas de desarrollo vertical muy finamente labradas.
Lado Este - Capitel 15
Frente a la esbeltez del capitel anterior, éste responde a una concepción más horizontal con dos órdenes de hojas.
Lado Este - Capitel 16
Último de los capiteles del lado oriental y último de los de la serie vegetal. Está muy deteriorado.
Lado Este - Pilastra 1
Pilar de separación de los dos tramos de arcos más meridionales de este ala; a su cara exterior (la de la imagen) e interior se adosan dos órdenes de columnillas, la inferior de doble fuste y la superior de fuste triple. En ambos casos se coronan mediante capiteles de composición silense. Sobre el más elevado descansa directamente el alero.
El capitel superior muestra diez aves erguidas, de pico corvo y patas con pezuña, entrelazadas por tallos vegetales. El capitel inferior representa dos fieras caninas con alas, similares a las figuradas en el capitel nº 7 de este mismo lado, entrelazadas asimismo por tallos.
Lado Este - Pilastra 2
El capitel inferior de los dos superpuestos en esta segunda pilastra, corresponde también a un doble fuste, en este caso de columnillas más separadas que las de aquella. Se representan en él un conjunto de seis arpías encapuchadas, de exótico plumaje, que vuelven su puntiaguda cola sobre una de las patas.

Lado Norte

Es el único lado que se conserva completo. Sus 30 metros de longitud se dividen en tres tramos de cinco arcos cada uno separados por pilastras prismáticas. No son estas iguales, sino que la más occidental de ellas (P-6) posee adosadas a sus caras exterior e interior un doble orden de columnillas en número de tres en la parte inferior y de cuatro en la superior. En la otra pilastra se reduce este número a dos en el orden inferior, como sudece en los demás lados.

Lado Norte - Capitel 17
Este primer capitel adosado al pilar que forma esquina con el lado Este representa cuatro arpías de idéntica hechura que las del capitel inferior de la pilastra nº 2. En el caso presente se interpone entre ellas una figura humana que sujeta con ambas manos los tallos fructuosos que completan la composición.
Lado Norte - Capitel 18
Aparecen seis figuras en atuendo talar que, aunque muy deterioras y poco reconocibles, se ha supuesto que representan clérigos oficiantes en diversos momentos de la liturgia.
Lado Norte - Capitel 19
En todo su perímetro se escenifican pasajes novotestamentarios referidos a la huída a Egipto, la Anunciación y la adoración de los Magos. En la cara oriental (la de la imagen adjunta), San José permanece pensativo, sumido en la perplejidad, mientras un ángel anuncia a la Virgen (en la cara interior) su próxima concepción. En la cara exterior, muy mutilada, un pollino lleva a María al exilio. La cara occidental contiene las figuras de los tres Reyes Magos.
Lado Norte - Capitel 20
Ornamentación vegetal en dos órdenes de hojas y frutos pomáceos.
Lado Norte - Capitel 21
Capitel casi idéntico al anterior.
Lado Norte - Capitel 22
En la cara oriental se disponen las figuras de San Pedro y San Pablo y, entre ambos, una decoración netamente cordobesa que prolifera en su Mezquita: el ataurique, ornamento vegetal típicamente árabe. Tanto en la cara exterior como en la interior, sendas figuras que reclinan la cabeza hacia un costado y visten túnica y manteo.
Lado Norte - Capitel 23
Capitel de ornato vegetal de hojas y frutos de corte parecido a los demás.
Lado Norte - Capitel 24
Otro capitel labrado con hojas en dos órdenes y frutos en los vértices.
Lado Norte - Capitel 25
De la serie de los capiteles de motivos vegetales.
Lado Norte - Capitel 26
Hojas de acanto verticalmente estilizadas en dos órdenes.
Lado Norte - Capitel 27
Idéntica concepción de diseño que el capitel anterior.
Lado Norte - Capitel 28
Capitel de final de tramo con los mismos motivos vegetales foliáceos y de piñas que los anteriores.
Lado Norte - Capitel 29
El último tramo se inicia con un capitel de la serie de los de ornamentación vegetal de hojas y roleos.
Lado Norte - Capitel 30
Uno más de los capiteles de configuración vegetal.
Lado Norte - Capitel 31
Algo más deteriorado que los precedentes pero la misma concepción temática.
Lado Norte - Capitel 32
Este capitel se compone de una base vegetal sobre la que se alzan diversas figuras: en una de la caras, una escena ya vista en otros lugares, como en uno de los templetes de San Juan de Duero: un centauro armado con arco y carcaj, en este caso disparando sobre un ciervo que es seguido por un cazador acompañado por su perro. En la cara opuesta, dos leones de pelaje bien tallado. La cara interior muestra un cuadrúpedo con cabeza, alas y pelaje de ave. La cara exterior, muy estropeada, deja ver una quimera parecida que levanta una de las patas.
Lado Norte - Capitel 33
Se repite la composición vegetal una vez más.
Lado Norte - Capitel 34
Termina el tramo y el ala con un capitel vegetal pero algo diferenciado del resto por el tamaño de sus hojas y la textura estriada de las mismas.
Lado Norte - Pilastra 5
Esta primera pilastra del lado norte (P-5) adosa a sus caras exterior e interior semicolumnas encapiteladas que, en el orden bajo, son de doble fuste, mientras que en el alto poseen fuste cuádruple. El capitel cimero es de hojas de acanto como tantos otros ya vistos en este ala. En el capitel inferior aparecen dos arpías que han cambiado las características garras de ave de rapiña por piernas humanas. El tocado de sus cabezas deja ver el cabello por detrás. Están siendo picadas en los pechos por otras aves, alegoría muy común en la iconografía románica para significar el pecado de lujuria. En el centro de la cara ancha un ataurique como el ya referido con anterioridad al tratar del capitel nº 22. Por la cara interior se mantiene la misma formación de columnillas: cuatro arriba y dos abajo. El capitel superior tiene ornato vegetal, mientras que el capitel inferior pone en escena la psicostasis o pesaje en la balanza de las acciones buenas y malas del alma que se simboliza mediante una diminuta persona; la llevan a efecto un hombre y una mujer que ocupan en ángulo derecho del capitel. En el centro, un clérigo con casulla lleva el alma en paño en una actitud tradicional en la iconografía románica. En el ángulo izquierdo de este capitel se ve a San Jorge que hiere con su lanza a un dragón con alas.
Lado Norte - Pilastra 6
Cuatro columnillas en la parte alta, como la pilastra anterior, y tres en el orden de abajo por caso único en todas las caras exteriores de las pilastras. Ambos capiteles siguen la pauta de los vegetales de doble fila superpuesta de hojas. Un conjunto equivalente de columnillas, tres en el orden inferior y cuatro en el superior, se adosan a la cara interior de esta pilastra. El cuádruple capitel de la parte alta sigue la repetida composición vegetal a base de hojas de acanto. El capitel inferior representa otra manifestación alegórica del pecado de lujuria parecida a la que se acaba de ver en la pilastra precedente: dos mujeres desnudas sufren las mordeduras en sus pechos de sendos reptiles alados.

Lado Oeste

Este lado, también cercenado como el Este, se compone hoy de tres tramos: dos de ellos de cinco arcos y el restante de arco y medio. Mide 23 metros aproximadamente y puede ser anterior en algunos años a las otras dos alas que parecen coetáneas entre sí.

Lado Oeste - Capitel 35
Doble orden de palmetas en el primer capitel de este ala.
Lado Oeste - Capitel 36
Se intuyen más que se ven unos cuadrúpedos con alas al modo de grifos o animales fabulosos similares.
Lado Oeste - Capitel 37
No se encuentra mejor conservado este capitel que su precedente; muestra unas figuras animalescas que pudieran ser semejantes a las de aquél.
Lado Oeste - Capitel 38
Muy erosionado en su cara exterior, este capitel permite apreciar en uno de sus ángulos interiores una pareja de arpías de puntiagudas capuchas, tema que se repite por toda la superficie del capitel.
Lado Oeste - Capitel 39
Original composición a base de tallos y zarcillos que se envuelven formando roleos, y frutos pomáceos.
Lado Oeste - Capitel 40
Termina el primer tramo con un capitel adosado que presenta dos jinetes cabalgando sobre grifos.
Lado Oeste - Capitel 41
Al otro lado de la pilastra, iniciando el segundo tramo, este capitel contiene la escena de la adoración de los Reyes Magos.
Lado Oeste - Capitel 42
Poco queda de este capitel en el que se adivinan grifos o cuadrúpedos alados de similar factura. Los capiteles siguientes, los numerados como 43, 44 y 45 están tan sumamente erosionados que no dejan vislumbrar sus primitivas tallas, por lo que se omiten en esta relación gráfica.
Lado Oeste - Capitel 46
Sirenas tocadas con caperuzas puntiagudas y aves de largas y enroscadas colas ocupan este capitel.
Lado Oeste - Capitel 47
Hojas de acanto, perlas en las nervaciones y frutos bulbosos.
Lado Oeste - Capitel 48
Último de los capiteles existentes, de rizadas hojas y frutos, todo de primorosa talla.
Lado Oeste - Pilastra 9
A las pilastras de este lado también se adosan columnas de doble fuste en planta baja y triple en la superior, con capiteles, en este caso, de figuras fantásticas híbridas de humanas y animales alados. El capitel alto, en efecto, representa dos arpías cuyas largas y enroscadas colas terminan en una cabeza de aspecto canino. El capitel bajo contiene dos seres fabulosos de cabeza y tronco humano y resto del cuerpo de ave; van armados con espada y rodela. En el interior de esta pilastra se da el mismo tipo de adosamientos. Es interesante el capitel bajo que representa en puro estilo silense un grupo de aves cuyos cuellos y patas se entrelazan por tallos.
Lado Oeste - Pilastra 10
La última de las pilastras mantiene la configuración general de las demás: tres columnillas en el orden superior y dos en el inferior.El capitel alto sigue las pautas de todos los de ornamentación vegetal. El capitel bajo, en cambio, presenta sobre fondo vegetal dos parejas de arpías de largas colas que reclinan la cabeza sobre una hoja de acanto. El capitel inferior del doble orden de columnillas adosadas a la cara inerior de la pilastra pone en escena el pasaje evangélico de la Anunciación a María por medio de un ángel.

Dependencias monacales


Como sucede en todos los monasterios, en torno al claustro de San Pedro se disponían una serie de dependencias entre las que destacaba la sala capitular situada al fondo del lado oriental en la zona más próxima a la iglesia.

De la sala capitular queda esta hermosa fachada, si bien su recinto fue convertido en las reformas posteriores en una capilla aneja a la iglesia por donde tiene su acceso. Sus huecos se encuentran acristalados y enrejados pero lucen en toda su magnificencia.
Forman la portada cuatro arquivoltas, de las que las dos centrales apoyan sobre columnillas de decoración vegetal, y las extremas sobre jambas. Son de baquetones con profusa ornamentación, excepto la interior que presenta su intradós lobulado.
Como es habitual en las salas capitulares monásticas, dos ventanales flanquean la portada. Dos arquivoltas de varios baquetones lisos forman el arco; la interior descansa sobre columnillas y la exterior sobre jambas. Cobija este arco un rosetón concéntrico con él y dos arquillos de herradura que apoyan sobre columnas de doble fuste. Los capiteles de éstas representan grifos y cuadrúpedos de alto cuello que pudieran ser jirafas.
El ventanal del lado derecho de la portada es en todo igual a su simétrico de la izquierda salvo en las figuras de los capiteles de los arcos geminados que, en este caso, son representaciones de grifos y centauros.
Ésta y otra puerta similar se abrían en el lado Este del claustro como acceso a sendas estancias hoy desaparecidas. Arcos de medio punto de sencillas arquivoltas baquetonadas, de las que la intermedia carga sobre columnas y las extremas sobre jambas. Los capiteles son de sirenas, monstruos de fantasía y motivos vegetales. En el lado Norte del claustro se conserva otra puerta de similares características que daba entrada antaño al refectorio.

Restos primitivos


Llama la atención y es motivo de curiosidad esta ventana triple que se encuentra situada en el lienzo exterior del muro oriental del claustro.

No puede datarse con certeza pero debió pertenecer al primer templo románico existente en el lugar, seguramente con anterioridad a que Alfonso I el Batallador interviniera en Soria. Tiene esta ventana un aspecto y disposición que recuerda los huecos dobles y triples asturianos. Arquillos de medio punto con arquivoltas sogeadas seguidas de otras de puntas de diamante. Apoyan sobre dos columnas centrales y sobre las jambas del hueco.

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