Soria - San Juan de Duero


Localización | Estado a princios del siglo XX | La planta | El templo | El claustro |

Antiguo monasterio perteneciente en su día a la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Acre, del que sólo se conserva la iglesia y las arquerías del claustro. Se emplaza en la misma orilla del Duero en la capital soriana. El templo está consagrado a San Juan, y en la actualidad carece de culto.

Fue declarado Monumento Nacional el 25 de agosto de 1882.

La primitiva iglesia debió erigirse a principios del siglo XII y constaba de una nave, breve presbiterio y ábside de cascarón, todo de una gran simplicidad. Los caballeros sanjuanistas la utilizaron como embrión de su asentamiento monástico cuando, a la muerte de Alfonso I el Batallador (1134) y por su voluntad testamentaria, sus reinos de Aragón y de Navarra quedaron a disposición de las Órdenes Militares y se estableció la de San Juan por estas tierras fronterizas entre Aragón y Castilla, al igual que lo hicieron en Ágreda y Almazán. Se conoce el nombre de quien fue comendador de estas tres casas-hospital en 1243: un tal G. Roderici.

Tuvo vida el cenobio hasta el siglo XVIII en que se abandonó.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=545.349; Y=4.624.220
Cartografía

Estado a princios del siglo XX


Las fotografías que se presentan a continuación, todas ellas inéditas, fueron realizadas por el arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso entre los años 1906 y 1926, periodo en el que estuvo muy vinculado a Soria (ver San Juan de Rabanera).

Esta fotografía fue tomada en fecha no determinada pero en todo caso entre 1906 y principios de 1908. Se observa al fondo de la imagen que en el extremo occidental de la galería norte no existen los arcos que más tarde se rehicieron con inclusión de algunos capiteles y dovelas originales. Su situación en este momento es la que correspondía a la descrita por don Teodoro Ramírez Rojas en su libro Arquitectura Románica en Soria publicado en 1894: «De las cuatro galerías falta la mitad de la que se extiende paralela al muro del templo, que, á juzgar por los capiteles historiados que presenta el ángulo Norte del claustro, del que han desaparecido las basas y columnas, y por el capitel, historiado también, del macizo colocado en el promedio de dicha galería Norte, debió hallarse decorada con capiteles del mismo género...»
Esta fotografía y las dos siguientes pertenecen a 1926. Es una vista del ángulo sureste donde no se aprecian cambios sustanciales entre la situación en que se encontraba entonces y la actual.
La imagen denota el abandono al que había sido sometido el templo que no mucho antes había servido de encerradero de ganado. Los enlucidos interiores están destrozados y el piso es de tierra con cascotes.
Detalle del templete del lado del evangelio y del sepulcro embutido en el muro junto a él.

La planta


Del primitivo conjunto monástico, que habría de comprender las dependencias propias de todo cenobio más unas instalaciones hospitalarias, sólo queda la iglesia y el claustro a ella anexo. Del resto escasamente subsisten vestigios ruinosos.

El templo


Consta de una nave, presbiterio y ábside.

Características
Núm. de naves: Una sola, de orientación canónica según eje Este-Oeste. Algo más estrecha por la cabecera que por los pies.
Cubierta: De armaduras de madera con faldones a dos aguas.
Fábrica: De tosca mampostería en todos sus lienzos, con refuerzos de sillares en las esquinas.
Bóvedas: Presbiterio: De cañón apuntado.
Ábside: De horno apuntado.
Ventanas: De aspillera algo abocinadas y sin decoración.
Ábside: Semicircular, de la misma fábrica que el resto de la iglesia.
Portada: Una en el muro Sur y otra en el Norte. Ambas sin decoración salvo unas lisas arquivoltas.
El interior
Es donde radica el verdadero interés y originalidad del templo, valores que se acentúan por contraste con la pobreza exterior de muros, portada y ventanas.
El arco de triunfo soportado por dos esbeltas semicolumnas presenta capiteles de ornamentación vegetal a base de hojas de acanto que se revuelven en volutas con piñas en las aristas. Los cimacios son lisos y ambos capiteles casi idénticos entre sí.
Elementos singulares de esta iglesia son los dos templetes situados uno a cada lado del arco que estrechan aún más la luz de éste, seguramente para interponer entre ellos un iconostasio. Su construcción es posterior a la del resto de la iglesia. Cada uno de ellos alberga un altar.
Templete del lado del evangelio
Cuatro columnas de cuádruple fuste soportan otros tantos arcos sobre los que carga la cubierta de bóveda semiesférica. Cada una de las cuatro columnas va coronada por un capitel historiado con diversos motivos y escenas, algunas de ellas evangélicas. La maciza solidez de los arcos parece desmesurada en relación con la cúpula que sostienen.
Templete del lado de la epístola
De similar hechura que el del lado del evangelio con la salvedad de que su cúpula es cónica por el exterior y piramidal por el interior. Las escenas de los capiteles son todas de procedencia evangélica.
Interior de la cúpula del templete del evangelio
Bóveda semiesférica por el exterior y de arista muy apuntada por el interior, que se refuerza con cuatro gruesos nervios angulares de sección circular. Apoyan éstos en ménsulas que figuran cabezas de dragón, dos de ellas, de mujer, otra, y temas vegetales la última.
Interior de la cúpula del templete de la epístola
Cuatro nervios cilíndricos, a modo de fustes de esbeltas columnas, en posición angular apoyan sobre sendas ménsulas, dos de las cuales representan cabezas humanas, otra de dragón y la última un motivo vegetal. Entre los nervios, cuatro paños triangulares formando la pirámide interior.
Todos los capiteles responden a un mismo esquema: un bocel por cada uno de los cuatro fustes de la columna sobre el que se desbordan las figuras del cuerpo del capitel; representación de seres humanos o míticos componiendo escenas mayoritariamente evangélicas; banda superior con cuatro tacos por cara; ábaco liso en escocia invertida y tablero superior con sencilla decoración en su frente.
Templete izquierdo. Capitel delantero izquierdo
La decapitación de San Juan Bautista: se celebra un banquete simbolizado por la mesa bien servida a la que se sienta en el centro Herodes, barbudo y coronado, y a su lado Herodías; asisten otros dos personajes. Salomé se encuentra arrodillada a los pies de su madre. El verdugo, enfundado en una cota de malla, sostiene alzada la espada con la que se dispone a cortar la cabeza del Bautista que permanece en el interior de una fortaleza en muestra de cautiverio. Ocupa la cara interna del capitel un ave en cuyo pico parece llevar una mano.
Templete izquierdo. Capitel exento
Repite simétricamente una composición formada por figuras quiméricas de cabeza humana, con barba una y sin ella la otra, que se disponen en los encuentros de las caras del capitel, mientras que en el centro de éstas aparecen dos fantásticos perros con alas y largas colas entrelazadas.
Templete izquierdo. Capitel de rincón
Muestra una escena ya vista en el claustro del monasterio benedictino de San Pedro el Viejo, en Huesca: varios monstruos en forma de reptiles alados y un soldado que, protegido con una cota de malla y blandiendo una espada, se enfrenta a ellos.
Templete izquierdo. Capitel posterior derecho
Dos soldados provistos de cota de malla dan muerte a otras tandas hidras de múltiples cabezas y feroz aspecto. Un centauro mantiene en su mano izquierda un arco en posición de disparo. En la iconografía románica las hidras suelen asociarse con el pecado.
Templete derecho. Capitel exento
Contiene en cada una de sus cuatro caras visibles una representación de diversas páginas bíblicas: la anunciación a María y la visitación de su prima Santa Isabel con la que se funde en un abrazo (en la presente imagen); el nacimiento de Jesús al que se muestra en un canastillo tocado por la mano de un ángel; la adoración de los tres Reyes Magos y de varios pastores que acuden con sus ovejas.
Templete derecho. Capitel delantero derecho
En él se escenifica la huída a Egipto. La figura de San José, que conduce al pollino y carga con un hatillo al hombro, está muy deteriorada. Un ángel escolta a la breve comitiva. Completa el conjunto una fortaleza almenada con dos puertas entreabiertas formadas por arcos de medio punto de factura románica.
Templete derecho. Capitel posterior izquierdo
La degollación de los Santos Inocentes. Herodes ocupa una de las aristas del capitel, mostrándose con corona y con una espada en la mano mientras con la otra se mesa la barba. En una de las caras, una madre le suplica arrodillada a su costado derecho a la vez que, en la otra cara, el diablo le susurra malos consejos al oído izquierdo. Dos soldados arrancan de los brazos de sus madres a dos niños para pasarlos por la espada.
Templete derecho. Capitel de rincón
La resurrección de Jesús que es llevado por dos ángeles. Otros dos ángeles dejan ver sus cabezas por encima del sepulcro.
El claustro

El claustro, o lo que de él queda, se sitúa al Sur de la iglesia. Permanece en pie toda la heterogénea arquería, pero no la cubrición si es que la tuvo. Existen dudas a este respecto: hay tramos que presentan signos de haber soportado una cubierta de vigas y tablazón de madera, subsistiendo los mechinales en los que se alojaban las cabezas de tales vigas y los arranques de dos arbotantes en dos de sus ángulos; por el contrario, toda la sucesión de arcos entrelazados que componen el lado Sur y los semilados Este y Oeste parecen estar rematados por sus caras superiores y no dan muestras de haber soportado nada ni de que hubiera habido nunca continuidad de la fábrica. La construcción de este claustro puede datarse a mediados del siglo XIII.

Forma el claustro un cuadrilátero irregular, como se aprecia en la planta, cuyos cuatro ángulos, esto es, la propia esquina achaflanada y los semilados que en ella concurren, son diferentes entre sí. El ángulo NO, anterior a los demás en el tiempo, es típicamente románico, con arcos de medio punto y basamento corrido. El NE no tiene basamento, siendo sus columnas de fustes cuádruples dispuestos en forma de cruz, y sus arcos túmidos. El vértice SE posee columnas acanaladas de sección cuadrada y arcos túmidos que se cruzan entre sí. El otro ángulo, el SO, tiene columnas de doble fuste circular y capiteles ornamentados, sobre los que apoyan los arcos apuntados que se cruzan de forma parecida a los del ángulo anterior pero con mayor simplicidad.

Ángulo NO
Es la única de las esquinas formadas por un machón y no por un arco de chaflán accesible. La desigualdad en la longitud de los lados del claustro y su falta de simetría hacen que concurran en este vértice dos arquerías de distinto número de arcos a uno y otro lado. En la cara N existen cinco arcos, mientras que en la O sólo cuatro.
Se trata de arcos plenamente románicos, de medio punto, lisos en su dovelaje y en su chambrana. Montan sobre banco corrido de escasa altura. Se remata la arquería mediante cornisa de poco vuelo soportada por canecillos esculpidos. Todo hace indicar que al menos por el lado N sí estuvo cubierto el claustro. Las columnas poseen doble fuste y capiteles tallados que alternan las representaciones de temas vegetales con otros historiados o de figuras animalescas más o menos quiméricas.
Dentro del lado N de esta esquina, tanto el capitel cuya imagen figura al margen (nº 13), como el capitel 15 y el capitel 17 son historiados, si bien con un grado de deterioro que dificulta enormemente distinguir sus detalles. Los capiteles 16 y 18 presentan ornato vegetal, mientras que el 14 está desaparecido y reemplazado por un bloque pétreo.
En el tramo del lado O que confluye en este ángulo, se exhiben capiteles con animales más o menos irreales. El capitel 20 insertado en el margen muestra los típicos leones que lanzan la cola hacia arriba por entre sus cuartos traseros. El capitel 19 representa unas fantásticas aves con cola y cuerpo de reptil, cuyas cabezas han sido destrozadas. En el capitel 22 aparecen dos parejas de aves de rapiña que giran los cuellos hacia atrás.
En la concavidad de este ángulo se disponen tres columnas acodilladas de las que, una ha desaparecido por completo, capitel incluido, y otra a perdido el fuste. Los capiteles que perduran, muy estropeados, parecen representar escenas pastoriles con rebaños de ovejas.

Ángulo NE
También aquí se aprecia la desproporción en la longitud de los lados del claustro, de forma que este ángulo lo forman seis arcos por el lado N y sólo cuatro por el E. Son todos ellos apuntados y no descansan sobre podio corrido sino sobre basas individuales mediante fustes cuádruples cruciformes. Cronológicamente, este tramo sería algo posterior al románico más puro del NO.
El arco, a modo de puerta, con que se perfora este chaflán es de factura mudéjar. Es un arco túmido, es decir, de herradura apuntado como los utilizados en la Mezquita de Córdoba en su última fase de construcción. Imita las obras de ladrillo simulando piezas de este tipo en el dovelaje del arco exterior y en las bases de las jambas.
La mayoría de los capiteles de este ángulo, en general bien conservados, exhiben ornato vegetal de hojas de acanto o laurel. El señalado con el número 1 (figura inserta al margen) muestra aves de corpulencia y garras rapaces a las que les falta la cabeza. El capitel 7 representa aves quiméricas de cabeza humana, encapuchada en algunas de ellas, y largas colas que se entrelazan. El capitel 4 se adorna con una labor de entrelazados con hilo de doble filamento con original dibujo muy diferente al de los silenses de cestería.

Ángulo SE
El chaflan practicado en este ángulo, incluido el arco que en él se abre, es en todo igual al de la esquina NE. No así las arquerías que concurren en este vértice que, en este caso, están formadas por pilares de cortos y robustos fustes acanalados de sección cuadrada sobre los que voltean arcos apuntados que tienden mínimamente hacia la herradura y que, como característica más acusada, se entrecruzan doblemente, una de las veces sobre el mismo apoyo. Las ramas de los arcos no están propiamente doveladas sino que se forman por dos o tres grandes piedras que más bien funcionan como vigas curvas.
En el medio del lado S no existe, como en los otros tres lados, una pilastra de conexión entre las diferentes arcadas de ambos extremos, sino que se abre un hueco formado por un arco apuntado algo túmido y dos semiarcos; falta el soporte central, alarde arquitectónico ya visto en otros lugares como en el tímpano de San Miguel de Caltojar o en el de Santiago del Burgo (Zamora). El arco completo apoya en columnas de doble fuste adosadas a las jambas, con capiteles de ornamentación vegetal.

Ángulo SO
Este ángulo también cuenta con chaflán, y en él un arco túmido doblado como los de las esquinas NE y SE con la salvedad de que este caso el arco interior monta sobre columnas adosadas a las jambas, y el exterior sobre columnas acodilladas de fuste de menor sección. En todo caso los capiteles se decoran con cordones finamente entrelazados.
Las arquerías que concurren en este ángulo están constituidas por arcos apuntados cruzados que cargan sobre columnas de doble fuste. Los capiteles son de formas vegetales con variedad de hojas, palmetas y frutos.
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