Viana de Duero - San Bartolomé


Localización |

El aspecto que hoy presenta la iglesia parroquial de San Bartolomé de Viana de Duero es consecuencia de las obras de reforma y añadidos llevados a cabo en los siglos XVI y XIX sobre la primitiva fábrica románica a la que se anexionaron una sacristía, la torre y otras dependencias.

En su origen era un templo de una sola nave dotado de la actual cabecera que es lo único que se conserva. Presbiterio y ábside son de buena sillería. El conjunto está dividido en cinco paños definidos por las cuatro columnas adosadas.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=544.932; Y=4.598.189
Cartografía


En el costado meridional del presbiterio, bajo la ventana nada románica que hoy perfora el muro, se encuentra un sillar que contiene una inscripción en la que sólo aparece una fecha: ERA MILLESIMA DUCENTESIMA LXXVII, es decir, año 1239. Nada añade que concrete el acontecimiento datado: la construcción, la consagración u otro. Aunque se trataría de una fecha muy avanzada, entrado ya el segundo tercio del siglo XIII, pudiera ser la de construcción, lo que la convertiría en una de las últimas realizaciones románicas de la región.
Cuenta el ábside con una única ventana de aspillera, hoy cegada, que se sitúa en posición axial. La forman dos columnas de fustes poco esbeltos, altas basas de garras, sencillos capiteles y arco de una sola pieza. Se adorna éste, al igual que los ábacos de los capiteles, con cenefa de rombos, incisos unos y en relieve otros. Los capiteles exhiben motivos vegetales como rosetas, palmas y roleos.
Uno de los capiteles cimeros de las columnas adosadas al paramento exterior del ábside lleva labradas hojas, piñas y bulbos que recuerdan mucho a los motivos ornamentales del Monasterio de Santa María de Huerta. Obviamente, el tendido aéreo que con sus cables trenzados emula un segundo astrágalo, las grapas, los angulares metálicos de fijación y demás chatarra aneja no pertenecen a la traza medieval de la fachada sino que constituyen una irreverente profanación artística de estas piedras románicas que no merecen el maltrato de cuantos desaprensivos las utilizan espuriamente.
Los otros tres capiteles, muy similares entre sí, responden al tipo del de la imagen de haces de vástagos cuyos extremos se enrollan formando volutas. Los modillones que soportan el alero son de rollos como el que aparece a la izquierda de la imagen. Con respecto al infame cableado vale lo dicho anteriormente.
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